Me gusta

venres, 22 de xaneiro de 2016

O Tinkat ou Epifanía etíope: a cristiandade ortodoxa

El Tinkat o la Epifanía es, sin duda alguna, una de los festivales religiosos más importantes del año.
Con esta ceremonia, los cristianos ortodoxos conmemoran el bautismo de Jesús. Y en cuestiones religiosas, Etiopía lo da todo. Se celebra en casi todos los pueblos y ciudades y yo he tenido la suerte de poder vivirlo en Addis.
La festividad dura tres días. Comienza en nuestro miércoles 19 de enero (que se corresponde con el día 11 del mes de Tərr (ጥር), en el calendario etíope), a partir de las 16.00 horas. De cada una de las iglesias de Addis sale en procesión una representación del Tabot o Arca de la Alianza, que está presente en todos los altares etíopes. La tradición ortodoxa cree que el Arca de la Alianza, que contiene las Tablas de la Ley de Moisés, con los Diez Mandamientos, está guardada en la catedral etíope Tsion Maryam, en Axum, después de ser traída desde Israel. El Patriarca copto etíope incluso ha llegado a afirmar que ha visto la reliquia real y que está en perfecto estado. De esta creencia nace la tradición de sacar una réplica del Arca de la Alianza en cada celebración de Timkat.
Vivir en Etiopía me hace acercarme a episodios remotos de la Biblia que algún día escuché, pero que nunca tuve muy claros. Aquí lo bíblico se hace real. Y decido vivirlo como tal, apartando mi usual escepticismo hacia estas cuestiones.
Para disfrutar la celebración quedé con algunas de mis alumnas etíopes. A la procesión hay que ir adecuadamente vestidos. Hombre y mujeres con ropas blancas o con vestidos de fiesta. La mayoría de las mujeres llevan la cabeza cubierta. Han ido a la peluquería y se han hecho peinados de trenzas. Hay todo tipo de trajes, dependiendo de la región a la que pertenezcan.

O Tinkat ou a Epifanía é, sen ningunha dúbida, un dos festivais relixiosos máis importantes do ano.
Con esta cerimonia, os cristiáns ortodoxos conmemoran o bautismo de Xesús. E en cuestións relixiosas, Etiopía dáo todo. Celébrase en case todos os pobos e cidades e eu tiven a sorte de poder vivilo en Addis.
A festividade dura tres días. Comeza no noso mércores 19 de xaneiro (que se corresponde co día 11 do mes de Tərr (ጥር), no calendario etíope), a partir das 16.00 horas. De cada unha das igrexas de Addis sae en procesión unha representación do Tabot ou Arca da Alianza, que está presente en todos os altares etíopes. A tradición ortodoxa cre que a Arca da Alianza, que contén as Táboas da Lei de Moisés, cos Dez Mandamentos, está gardada na catedral etíope Tsion Maryam, en Axum, despois de ser traída desde Israel. O Patriarca copto etíope incluso chegou a afirmar que viu a reliquia real e que está en perfecto estado. Desta crenza nace a tradición de sacar unha réplica da Arca da Alianza en cada celebración de Timkat.
Vivir en Etiopía fai que me achegue a episodios remotos da Biblia que algún día escoitei, pero que nunca tiven moi claros. Aquí o bíblico faise real. E decido vivilo como tal, apartando o meu usual escepticismo cara a estas cuestións.
Para gozar a celebración quedei con algunhas das miñas alumnas etíopes. Á procesión hai que ir adecuadamente vestidos. Home e mulleres con roupas brancas ou con vestidos de festa. A maioría das mulleres levan a cabeza cuberta e moitas fixéronse peiteados de trenzas. Hai todo tipo de traxes, dependendo da rexión á que pertenzan.

Al llegar a la facultad, mis alumnas me tienen una sorpresa: un traje de algodón tradicional al que no le falta detalle, su velo, su cinturón, su cruz, su bolso... Emocionada me lo pongo, guardo mis vaqueros y me convierto en una etíope más.

Ao chegar á facultade, as miñas alumnas téñenme unha sorpresa: un traxe de algodón tradicional ao que non lle falta detalle, o seu veo, o seu cinto, a súa cruz, o seu bolso... Emocionada póñomo, gardo os meus vaqueiros e convértome nunha etíope máis.




Elegimos la iglesia de San Marcos para empezar el recorrido. Todas las procesiones se dirigen al mismo lugar, un inmenso descampado llamado Janhoy Meda, donde se congregan todos los Tabots. Hasta un total de doce. Empieza a haber gente por todas partes. Y curas, muchísimos curas. Todos con coloridos paraguas y sotanas de telas doradas profusamente decoradas.

Eliximos a igrexa de San Marcos para empezar o percorrido. Todas as procesións diríxense ao mesmo lugar, un inmenso escampado chamado Janhoy Meda, onde se congregan todos os Tabots. Ata un total de doce. Empeza a haber xente por todas partes. E curas, moitísimos curas. Todos con coloridos paraugas e sotanas de teas douradas profusamente decoradas.





Entre la multitud se escucha música. Hay coros de iglesia amenizando la procesión con aire festivo y alegre. Todos uniformados y al unísono.

Entre a multitude escóitase música. Hai coros de igrexa amenizando a procesión con aire festivo e alegre. Todos uniformados e ao unísono.





Me dicen que hay que esperar a los Tabots. Que vienen detrás. Sigo sin tener claro qué son, hasta que se ve llegar un grupo denso de paraguas tapando a un montón de sacerdotes. Ante ellos van extendiendo alfombras por las que pisan. No avanzan hasta que la alfombra esté colocada. Y, por fin, entiendo  lo que es un Tabot: un altar pequeño forrado con telas suntuosas que se coloca encima de la cabeza de un sacerdote. Jamás  me lo hubiera imaginado así. Son tratados con honores y reverencias.

Dinme que hai que esperar aos Tabots. Que veñen detrás. Sigo sen ter claro que son, ata que se ve chegar un grupo denso de paraugas tapando a unha chea de sacerdotes. Ante eles van estendendo alfombras polas que pisan. Non avanzan ata que a alfombra estea colocada. E, por fin, entendo  o que é un Tabot: un altar pequeno forrado con teas suntuosas que se coloca encima da cabeza dun sacerdote. Xamais  mo imaxinei así. Son tratados con honras e reverencias.



La procesión sigue hasta su lugar final, donde la gente se sienta a descansar.

A procesión segue ata o seu lugar final, onde a xente senta a descansar.



Hay tómbolas donde se sortean cruces, estampitas de santos... Siempre toca algo.

Hai tómbolas onde se sortean cruces, estampiñas de santos... Sempre toca algo.


Los patriarcas de la iglesia están sentados en un lugar alto, debajo de una carpa. Los Tabots llegan y se colocan en fila mirando hacia ellos.

Os patriarcas da igrexa están sentados nun lugar alto, debaixo dunha carpa. Os Tabots chegan e colócanse en fila mirando cara a eles.




Comienza una ceremonia solemne de cánticos espirituales. Hasta que se hace de noche.

Comeza unha cerimonia solemne de cánticos espirituais. Ata que se fai de noite.



Los Tabots se reúnen en una pequeña carpa para descansar hasta el día siguiente. Hay una carpa abierta al lado donde otros sacerdotes rezan durante toda la noche. Los fieles se sitúan fuera y se tapan con mantas para dormir hasta el día siguiente. Me vuelvo a casa para descansar y volver mañana.

Os Tabots reúnense nunha pequena carpa para descansar ata o día seguinte. Hai unha carpa aberta á beira onde outros sacerdotes rezan durante toda a noite. Os fieis sitúanse fóra e tápanse con mantas para durmir ata o día seguinte. Vólvome a casa para descansar e volver mañá.

Al día siguiente, muy temprano por la mañana, los sacerdotes bendicen el agua y la rocían entre la gente. A manguerazos. Todo el mundo quiere ser tocado por el agua. El acto simboliza la renovación del vínculo sagrado del bautismo. Y comienza de nuevo la procesión del camino de vuelta a cada iglesia.
Hay danzas tribales a las que puedes sumarte para bailar y cantar.

Ao día seguinte, moi cedo pola mañá, os sacerdotes bendín a auga e rocíana entre a xente. A mangueirazos. Todo o mundo quere ser tocado pola auga. O acto simboliza a renovación do vínculo sacro do bautismo. E comeza de novo a procesión do camiño de volta a cada igrexa.

  
Y los coros comienzan de nuevo con sus rituales. Mágico.

E os coros comezan de novo cos seus rituais. Máxico.





La multitud se desata en júbilo. Grupos de chicos cantan y la gente los sigue. Hasta llegar de nuevo a la iglesia. Otros siguen a camiones en los que un cantante subido ameniza la procesión. Todas las canciones son alegres.

A multitude desátase en xúbilo. Grupos de mozos cantan e a xente ségueos. Ata chegar de novo á igrexa. Outros seguen a camións nos que un cantante subido ameniza a procesión. Todas as cancións son alegres.



Al acabar, la gente se va a comer y los bares se llenan de gente y todo el mundo bebe. Hombres y mujeres juntos.

Ao acabar, a xente vai comer e os bares énchense de xente e todo o mundo bebe. Homes e mulleres xuntos.


A nosotras  nos invitan en una casa a comer injera y doro para seguir de fiesta hasta la noche. Gente humilde y hospitalaria, orgullosa de su cultura y de compartirla.

A nós  convídannos nunha casa para comer injera e doro para seguir de festa ata a noite. Xente humilde e hospitalaria, orgullosa da súa cultura e de compartila.



Hasta el siguiente día en el que los Tabots ya están en los altares correspondientes y los fieles van a rezar. Y todo vuelve a la normalidad, hasta el año próximo.

Ata o seguinte día no que os Tabots xa están nos altares correspondentes e os fieis van rezar. E todo volve á normalidade, ata o ano próximo.




luns, 18 de xaneiro de 2016

O balón

En mi viaje hacia Danakil hicimos una parada en un pueblecito de la región de Afar, atravesado por la carretera. Al bajarnos del minibús un montón de niños se me acercaron para pedirme que les comprara un balón. Su inglés era escaso, pero sus gestos se comprendían perfectamente. Me insistieron tanto y los vi tan ilusionados que decidí comprárselo. Me señalaron una tiendita y me dijeron que costaban 50 birr (2.5 euros). Así que toda decidida me fui hacia la tienda, con todos los niños enfervorizados detrás de mí. Le digo al comerciante que quiero un balón para todos estos niños y  me dice que 125 birr. Me asombro y discuto el precio con él. Los niños, también, y al final los espanta de allí de muy malos modos. Intento hacerle comprender que sé que el balón cuesta 50 birr y que no me puede cobrar más. Que no es para mí. Que es un balón para sus niños del pueblo. Ante su incomprensión y después de un buen rato, desisto. Salgo y los niños me llevan a otra tienda. La misma jugada. No estoy dispuesta a pagar algo que no corresponde. Miro a los niños como diciéndoles "lo he intentado". Y me dan las gracias sonrientes. Siento que apreciaron mi gesto.
Vuelvo a Danakil dentro de unas semanas. He comprado dos balones que llevo en la mochila. Espero volver a encontrarme con aquellos niños.
 
 
Na miña viaxe cara Danakil fixemos unha parada nunha aldeíña da rexión de Afar, atravesada pola estrada. Ao baixarnos do minibús unha chea de nenos achegáronseme para pedirme que lles comprase un balón. O seu inglés era escaso, pero os seus xestos comprendíanse perfectamente. Insistíronme tanto e vinos tan ilusionados que decidín comprarllo. Sinaláronme unha tendiña e dixéronme que custaban 50 birr (2.5 euros). Así que toda decidida fun cara á tenda, con todos os nenos enfervorizados detrás de min. Dígolle ao comerciante que quero un balón para todos estes nenos e  dime que 125 birr. Pasmo e discuto o prezo con el. Os nenos, tamén, e ao final espántaos de alí de moi malos modos. Tento facerlle comprender que sei que o balón custa 50 birr e que non me pode cobrar máis. Que non é para min. Que é un balón para os seus nenos do pobo. Ante a súa incomprensión e despois dun bo intre, desisto. Saio e os nenos lévanme a outra tenda. A mesma xogada. Non estou disposta a pagar algo que non corresponde. Miro aos nenos como dicíndolles "tenteino". E danme as grazas riseiras. Sinto que apreciaron o meu xesto.
Volvo a Danakil dentro dunhas semanas. Comprei dous balóns que levo na mochila. Espero volver atoparme con aqueles nenos.

martes, 12 de xaneiro de 2016

A terra dos simios

Estos días de fiesta fueron un buen momento para ir a las Simien Mountains. Para llegar hasta este parque natural declarado Patrimonio de la Humanidad  hay que volar desde Addis a Gondar y, desde allí, seguir dos horas en coche. Por el camino voy dejando atrás varios pueblos que se extienden a lo largo de la carretera. Todo parece estar ambientado en la época de la Biblia. Hombres y mujeres con turbantes montados en burros, ferias de ganado en medio de la calle, casetas y casas hechas con palos y arcilla, pastores con sus varas, pajares, gallinas picoteando en la entrada de las casas, campos de trigo, teff y cebada. Solo los coches, algunos turistas y la gente hablando por el móvil me sitúan de nuevo en la actualidad. Hay un cartel grande a un lado de la carretera que pone en inglés "No mandes a los niños a trabajar,  mándalos a la escuela".

Estes días de festa foron un bo momento para ir ás Simien Mountains. Para chegar ata este parque natural declarado Patrimonio da Humanidade  hai que voar dende Addis a Gondar e, dende alí, seguir dúas horas en coche. Polo camiño vou deixando atrás varios pobos que se estenden ao longo da estrada. Todo parece estar ambientado na época da Biblia. Homes e mulleres con turbantes montados en burros, feiras de gando no medio da rúa, casetas e casas feitas con paus e arxila, pastores coas súas varas, palleiros, pitas picoteando na entrada das casas, campos de trigo, teff e cebada. Só os coches, algúns turistas e a xente falando polo móbil sitúanme de novo na actualidade. Hai un cartel grande ao carón da estrada que pon en inglés "Non mandes aos nenos a traballar,  mándaos á escola".


Conforme nos vamos acercando al parque me voy dando cuenta de que Etiopía tiene mil caras. Y esta es verde y, por el momento, no está golpeada por la sequía. Abundantes pastos para el ganado, riachuelos que se esfuerzan por seguir llevando agua y arbolados prados conforman un paisaje de una naturaleza exuberante.

Conforme nos imos achegando ao parque voume decatando de que Etiopía ten mil caras. E esta é verde e, polo momento, non está golpeada pola seca. Abundantes pastos para o gando, regatos que se esforzan por seguir levando auga e arborizados prados conforman unha paisaxe dunha natureza exuberante.

Un lugar donde las montañas se superponen unas a otras hasta perderse en el horizonte.

Un lugar onde as montañas superpóñense unhas a outras ata perderse no horizonte.


Este es el entorno de los Amhara. Sus aldeas se desperdigan entre las montañas. Las casas son cabañas circulares hechas con troncos, piedras y paja seca. Una forma de vida ancestral que se ha perpetuado hasta nuestros días. Me imagino que cualquier poblado castrexo sería algo parecido a esto.

Esta é a contorna dos Amhara. As súas aldeas espállanse entre as montañas. As casas son cabanas circulares feitas con troncos, pedras e palla seca. Unha forma de vida ancestral que se perpetuou ata os nosos días. Imaxínome que calquera poboado castrexo sería algo parecido a isto.


Son gente que convive con los rigores de un clima de fuertes contrastes: mucho calor por el día y temperaturas gélidas por la noche. Gente humilde que trabaja el campo y cuya lucha por sobrevivir en el medio marca cada rasgo de su cara. Los niños pastorean desde muy pequeños y una manta es todo lo que tienen para protegerse del sol y del frío.

Son xente que convive cos rigores dun clima de fortes contrastes: moita calor polo día e temperaturas xélidas pola noite. Xente humilde que traballa o campo e cuxa loita por sobrevivir no medio marca cada trazo da súa cara. Os nenos pastorean desde moi pequenos e unha manta é todo o que teñen para protexerse do sol e do frío.


La mayoría de niños no van al colegio porque tienen que ayudar a sus familias. Recorren kilómetros llevando a las cabras y yendo a por agua. El turismo hace que muchos de ellos se acerquen a los senderos que recorremos para vender pequeñas cestitas o simplemente vernos. A mí me dan ganas de darles todo cuanto llevo en la mochila, pero el guía nos dice que no les demos nada. Que no deben vernos como una fuente de algo, porque si no, acabarán por dejar lo que hacen para dedicarse a pedir. Aún así, comparto con ellos mis cacahuetes.

A maioría de nenos non van ao colexio porque teñen que axudar ás súas familias. Percorren quilómetros levando ás cabras e indo a por auga. O turismo fai que moitos deles se acheguen aos carreiros que percorremos para vender pequenas cestiñas ou simplemente observarnos. A min danme ganas de darlles todo canto levo na mochila, pero o guía di que non lles deamos nada. Que non deben vernos como unha fonte de algo, porque se non, acabarán por deixar o que fan para dedicarse a pedir. Aínda así, comparto con eles os meus cacahuetes.




Algunos niños me dejan estar un rato con ellos.

Algúns nenos déixanme estar un intre con eles.



Siento una mezcla entre admiración y pena. Admiración profunda hacia esta gente humilde, luchadora, de vida sencilla, austera, que trabaja el campo y cuida de sus animales con dedicación. Que afronta cada día las severidades con un enorme esfuerzo. Hacia esa simbiosis entre hombre y naturaleza. Sin comodidades. De sabiduría milenaria. Pero también me embarga la pena por la falta de ayuda y oportunidades. Porque las políticas se olvidan de la enorme riqueza cultural de estos pueblos. Sin infraestructuras para gestionar sus recursos; tantas veces asolados por la pobreza.

En una de las cabañas nos dejan entrar para servirnos café.

Sinto unha mestura entre admiración e pena. Admiración profunda cara a esta xente humilde, loitadora, de vida sinxela, austera, que traballa o campo e coida dos seus animais con dedicación. Que afronta cada día as severidades cun enorme esforzo. Cara a esa simbiose entre home e natureza. Sen comodidades. De sabiduría milenaria. Pero tamén me embarga a pena pola falta de axuda e oportunidades. Porque as políticas esquécense da enorme riqueza cultural destes pobos. Sen infraestruturas para xestionar os seus recursos; tantas veces arrasados pola pobreza.

Nunha das cabanas déixannos entrar para servirnos café.


Dentro está oscuro y hay separaciones hechas con tronquitos. Una parte es para los animales. Hay colchones por el suelo. La cocina es una hoguera, unas cuantas ollas y un granero en el medio. Huele a humo y el fuego está encendido. El café nos lo hace una chica joven. Musulmana. Lava los granos y los tuesta. Después, los muele en un mortero. Otra mujer prepara cerveza natural con cebada.

Dentro está escuro e hai separacións feitas con pequenos troncos. Unha parte é para os animais. Hai colchóns polo chan. A cociña é unha fogueira, unhas cantas potas e un celeiro no medio. Cheira a fume e o lume está aceso. O café fáinolo unha moza nova. Musulmá. Lava os grans e tóstaos. Despois, móeos nun morteiro. Outra muller prepara cervexa natural con cebada. Sábenme a gloria.



Los niños corretean fuera y miles de moscas los persiguen.

Os nenos corretean fóra e miles de moscas perséguenos.


Al dejar el poblado uno se va adentrando en la tierra de los monos Gelada. Están a su aire buscando las mejores raíces y no se asustan. Puedes tenerlos a menos de un metro de distancia.

Ao deixar o poboado vaise penetrando na terra dos monos Gelada. Están ao seu aire buscando as mellores raíces e non se asustan. Podes telos a menos dun metro de distancia.






De repente, un zorro etíope se deja ver entre la vegetación. La suerte está conmigo porque no es fácil verlo.

De súpeto, un raposo etíope déixase ver entre a vexetación. A sorte está comigo porque non é fácil velo.


Al final del camino se hace de noche y nos resguardamos en las tiendas. Hace mucho frío. El trayecto ha sido duro. Entre siete y ocho horas caminando cada día, durante tres días, entre montañas hasta llegar a los campamentos.

Ao final do camiño ven a noite e imos cara as tendas. Fai moito frío. O traxecto é duro. Entre sete e oito horas camiñando cada día, durante tres días, entre montañas ata chegar aos campamentos base.


Así que todos nos juntamos un rato en un refugio alrededor del fuego. Cantan canciones en amárico y nos piden que cantemos en nuestras lenguas. Yo me pongo estupenda con O sancristán de Coimbra. Me faltaban las voces de mis amigas para echarme un pie. Pero creo que nadie se llegó a dar cuenta de lo mal que canto...

Así que xuntámonos todos un intre nun refuxio ao redor do lume. Cantan cancións en amárico e pídennos que cantemos nas nosas linguas. Eu póñome estupenda con O sancristán de Coimbra. Faltábanme as voces das miñas amigas para botarme un pé. Pero creo que ninguén se decatou do mal que canto... 



Me voy a dormir y pienso que la Etiopía que recorro camina hacia los mismos errores que nosotros. La política prioriza la construcción desmesurada de edificios en las grandes urbes. Todo se prepara para que las personas adineradas y consideradas triunfadoras tengan acceso a muchas más comodidades. A compras en centros comerciales, a coches, a hoteles, a colegios privados... Pero se abandona lo básico. A quién le importa que no haya un colegio para que los niños de las aldeas puedan educarse, a quién le importa que el centro de salud más cercano esté a cuatro horas. A quién le importa que no haya agua potable, más que un río cuyo caudal depende de la climatología. A quién le importan las condiciones insalubres de los campesinos. En estos parajes luminosos y fértiles, con los avances que hay ahora, se podría vivir de forma digna. Solo se necesitaría una educación destinada a enriquecer la agricultura, a extraer lo mejor del campo sin explotarlo, a canalizar el agua y los residuos, a mejorar los pastos y multiplicar las ganaderías. Emplear los recursos para dignificar la vida de estas gentes, que son nuestras gentes. Sin embargo, no hay aldea sin iglesia y la fe como progreso es un atraso.
 
Vou a durmir e penso que a Etiopía que percorro camiña cara aos mesmos erros que nós. A política prioriza a construción desmesurada de edificios nas grandes urbes. Todo se prepara para que as persoas adiñeiradas e consideradas triunfadoras teñan acceso a moitas máis comodidades. A compras en centros comerciais, a coches, a hoteis, a colexios privados... Pero abandónase o básico. A quen lle importa que non haxa un colexio para que os nenos das aldeas poidan educarse, a quen lle importa que o centro de saúde máis próximo estea a catro horas. A quen lle importa que non haxa auga potable, máis que un río cuxo caudal depende da climatoloxía. A quen lle importan  as condicións insalubres dos campesiños. Nestas paraxes luminosas e fértiles, cos avances que hai agora, poderíase vivir de forma digna. Só se necesitaría unha educación destinada a enriquecer a agricultura, a extraer o mellor do campo sen explotalo, a canalizar a auga e os residuos,  a mellorar os pastos e multiplicar as ganderías. Empregar os recursos para dignificar a vida destas xentes, que son as nosas xentes. Con todo, non hai aldea sen igrexa e a fe como progreso é un atraso.



mércores, 6 de xaneiro de 2016

E espertou

Mañana aquí es Navidad (Guenna, en amárico). Esto del calendario no es más que una convención. Fíjate, en España ya han venido los Reyes Magos y aquí aún está naciendo Jesús. Y de repente la ciudad se ha venido arriba. Parece como si hubiera despertado de un largo letargo. Los centros comerciales se han enfundado en luces y han puesto grandes altavoces en las calles con música marchosa. Todo está decorado y hay mercados por todas partes. Las pastelerías no dan abasto. La gente va de un lado para otro. Hay conciertos todos los días, desfiles de moda, exhibiciones de pintura o de innovaciones tecnológicas como duchas portátiles. Todo me recuerda un poco a la fantasía con que veía yo la Navidad cuando era pequeña. Aquí los niños se ilusionan comprando globos alargados y caramelos en los puestitos de la calle; la gente se acerca a ver nuevos productos que llegan del extranjero para revolucionar los hogares; hay muebles modernísimos en medio de las aceras; se compran manteles nuevos, ropa, lencería, alfombras... Me cruzo con corderos que van a regañadientes tirados por una cuerda hacia un destino trágico. Mucha gente porta un pollo vivo entre sus brazos. Veo casi tantos pollos como personas. Se compra y se vende algo en cada esquina. Hasta la vecina de abajo me ha parado para decirme con orgullo: ¡qué!,  ¡ya ves cómo nos las gastamos aquí con la Navidad! Es sin duda una festividad para ellos muy importante. El júbilo y el frenesí son palpables.
Aún queda la Epifanía, que la celebran dentro de dos semanas, y la gente se mete en el río para celebrar el bautismo de Jesús. Me parece que también la voy a celebrar con un chapuzón. Por lo de pronto, voy a aprovechar estos días de fiesta para irme a las montañas. Me vendrá bien andar, respirar aire puro y contactar con la naturaleza. Estoy casi segura de que las montañas han venido a mí más que yo ellas.
 
Mañá aquí é Nadal (Guenna, en amárico). Isto do calendario non é máis que unha convención. Fíxate, en España xa viñeron os Reis Meigos e aquí aínda está a nacer Xesús. E de súpeto a cidade veuse arriba. Parece coma se espertase dun longo letargo. Os centros comerciais enfundáronse en luces e puxeron grandes altofalantes nas rúas con música marchosa. Todo está decorado e hai mercados por todas partes. As pastelerías non dan abasto. A xente vai dun lado para outro. Hai concertos todos os días, desfiles de moda, exhibicións de pintura ou de innovacións tecnolóxicas como duchas portátiles. Todo me lembra un pouco á fantasía con que vía eu o Nadal cando era pequena. Aquí os nenos ilusiónanse comprando globos alargados e caramelos nos postos da rúa; a xente achégase a ver novos produtos que chegan do estranxeiro para revolucionar os fogares; hai mobles modernísimos no medio das beirarrúas; cómpranse manteis novos, roupa, lencería, alfombras... Crúzome con cordeiros que van de mala gana tirados por unha corda cara un destino tráxico. Moita xente porta un pito vivo entre os seus brazos. Vexo case tantos pitos como persoas. Cómprase e véndese algo en cada esquina. Ata a veciña de abaixo paroume para dicirme con orgullo: que!,  xa ves como nolas gastamos aquí co Nadal! É sen dúbida unha festividade para eles moi importante. O xúbilo e o frenesí son palpables.
Aínda queda a Epifanía, que a celebran dentro de dúas semanas, e a xente métese no río para celebrar o bautismo de Xesús. Paréceme que tamén a vou a celebrar cun mergullo. Polo de súpeto, vou aproveitar estes días de festa para irme ás montañas. Virame ben andar, respirar aire puro e contactar coa natureza. Estou case segura de que as montañas viñeron a min máis que eu elas.
 

luns, 4 de xaneiro de 2016

Leccións

Hoy no he dado yo la lección; sino que me la han dado mis estudiantes a mí. A las 9.00 ya estábamos en clase. Muchas veces me quejo de que les falta energía a esas horas. Que cuando hago una pregunta no me contestan. Se quedan callados mirándome sin decir nada. En ocasiones bromeo insinuando que estoy dando la clase para mí sola. Así que hoy, toda llena de razón, en vista de que los veía muy pasivos, he ido uno a uno preguntándoles si habían desayunado. La mayoría no lo había hecho. Sin duda, achaco su pasividad a la falta de desayuno. Entonces me envalentono y les suelto un discurso acerca de lo indispensable y beneficioso que es desayunar. Que se trata de la comida más importante del día. Que para rendir en clase es necesario tener el aporte de vitaminas necesario. Y bla bla bla.
Uno de mis estudiantes habla primero. Me dice que los europeos nos creemos que sabemos todo acerca de lo que es bueno y malo. Que no solo no desayunan sino que muchas veces ayunan porque creen en Dios y no prueban bocado hasta después de las 3.00 de la tarde. Que no me preocupe por ellos. Que su forma de vida es esa.
Otra alumna me dice que eso de tomar zumo y otras cosas por la mañana le parece una extravagancia. Que su comida tiene todo lo necesario que requiere el ser humano y que no desayunar no supone que carezcan de los nutrientes que hacen falta.
Por último, interviene un tercero y comenta que Etiopía tiene muchos ingenieros y gente importante que ha llegado lejos sin esas vitaminas de la mañana de las que yo les hablo.
Me dejan sin palabras. Les digo que tienen razón y sigo con la clase como si no pasara nada. En mi interior siento un desasosiego que creo que se me nota en la cara. Disimulo. Daba tan por sentado que lo que yo decía era así que en mi cabeza era como si no cupiese otra idea. Y no es así. Esto de juzgar todo desde mi prisma y la cultura occidental a veces se convierte en un seto tan tupido que no te deja ver qué hay detrás. Espero que mi estancia en Etiopía me dé más lecciones como esta.  
 
Hoxe non dei eu a lección; senón que ma deron os meus estudantes a min. Ás 9.00 xa estabamos en clase. Moitas veces quéixome de que lles falta enerxía a esas horas. Que cando fago unha pregunta non me contestan. Quedan calados mirándome sen dicir nada. En ocasións chanceo insinuando que estou a dar a clase para min soa. Así que hoxe, toda chea de razón, en vista de que os vía moi pasivos, fun un a un preguntándolles se almorzaran. A maioría non o fixera. Sen dúbida, achaco a súa pasividade á falta de almorzo. Entón me envalentono e sóltolles un discurso acerca do indispensable e beneficioso que é almorzar. Que se trata da comida máis importante do día. Que para render en clase é necesario ter a achega de vitaminas necesaria. E bla bla bla.
Un dos meus estudantes fala primeiro. Dime que os europeos crémonos que sabemos todo acerca do que é bo e malo. Que eles xaxunan moitas veces porque cren en Deus e non proban bocado ata despois das 3.00 da tarde. Que non me preocupe por eles. Que a súa forma de vida é esa.
Outra alumna dime que iso de tomar zume e outras cousas pola mañá parécelle unha extravagancia. Que a súa comida ten todo o necesario que require o ser humano e que non almorzar non supón que carezan dos nutrientes que fan falta.
Por último, intervén un terceiro e comenta que Etiopía ten moitos enxeñeiros e xente importante que chegou lonxe sen esas vitaminas da mañá das que eu lles falo.
Déixanme sen palabras. Dígolles que teñen razón e sigo coa clase coma se non pasase nada. No meu interior sinto un desasosego que creo que se me nota na cara. Disimulo. Daba tan por sentado que o que eu dicía era así que na miña cabeza era coma se non coubese outra idea. E non é así. Isto de xulgar todo desde o meu prisma e a cultura occidental ás veces convértese nunha sebe tan tupida que non che deixa ver que hai detrás.
Espero que a miña estancia en Etiopía me dea máis leccións así.