Cuando llegué a Etiopía rápidamente me di cuenta de que tenía
que aprender algunas palabras en amárico (amariña, en etíope) para sobrevivir,
para ser vista más como una etíope (abesha, en amárico) que como una turista
perdida farenji (como así nos llaman) sola por las calles.
Enseguida aprendí que hola es salam, y que los saludos se
componen de más de tres preguntas: Denane? Indemne? Amanu? Que vienen a ser lo
mismo: ¿cómo estás?, ¿cómo va todo? ¿todo bien? Y que cuando se las haces a una
mujer hay que añadirle un sufijo: Salamnesh?, Denanesh?, Indemnesh? Y que
cuando quieres saludar a varias personas hay que añadir -achu: Salamnachu? Debajo
de mi casa hay guardas y limpiacoches que cada mañana me saludan rutinariamente
cuando voy a trabajar y un salam era insuficiente, hay que contestar a las tres
preguntas con otras tres preguntas.
Aprender los números era imprescindible para saber cuánto
cuestan las cosas. Por ser blanca, el precio sube a casi el doble; hay que
regatear siempre. And, ulet, sos, arat, amish, sidist, sabat… Preguntar por el
precio de las cosas se dice: Sentenó? El billete más grande que hay en Etiopía
es el de 100 birr, unos 4 euros. 100 birr son mato; 200 birr: ulet mato; 300
birr: sos mato; 120: mato aya; 130: mato salasa; 140: mato arba; 150: mato
hamsa; 350: sos mato amsa… No fue difícil hacerme con los números enseguida. Y
me han valido de mucho, sobre todo, cuando hay que coger un taxi privado.
La palabra amigo fue otra de las que pronto formaron parte
de mi vocabulario: guadeña. Es de las palabras más bonitas y que más escucho
aquí.
Querer algo se dice efelegalo y no quererlo, alfaleguen.
Por la calle se acerca mucha gente a ofrecerte cosas, así que un alfaleguen a
tiempo impide que sigan dándote la tabarra.
Gracias es amasaganalo, palabra también bonita. Y por favor, baqué, o baquish, para chicas. Un perdón o disculpe es un yikarta.
Tener algo es ale y no tenerlo, hielen. En un restaurante
para preguntar si hay injera, por ejemplo, te llega con decir: injera ale?
Aprendí a preguntar el nombre de la gente: Semen manu? (para
chicos) y Semish manu? (para chicas). Para preguntar la edad se usa: Sentenó
amet?
Profesora se dice astamari, y alumnos: tamari.
Para saber hacia dónde se dirige un minibús llega con un
Yet? y para que paren donde tú quieres es suficiente un guaralla o guarallale.
Los minibuses te dejan en cualquier parte siempre que digas guarallale.
Pedir la cuenta se dice hisab, agua: wuha, cerveza: bira,
cama: alga, frío: casscasa, solamente: bicha, lleno: mula, esperar: coi, todo recto: catatá, guapa: conllo, ¿por qué?: lemen?, porque: mequeñatu, sí: au o eshi, no: ai, entra: gueví…
Mi mundo en amárico es reducido, pero me llega para
enfrentarme al día a día, saludar, hacer las compras, coger el transporte,
pedir en un bar… La mayoría de las palabras se las debo a mis alumnos, que me han
enseñado mucho y estoy segura de que lo harán hasta que me vaya.
Y se me olvidaba la palabra mejor: CHIKERELEM o CHIKERELO. No es ya una palabra, es una filosofía, una forma de entender el mundo que los etíopes utilizan con regularidad. El chikerelen significa "no te preocupes", "no pasa nada", "todo está bien"... Sirve para todo y para cualquier situación... Si no hacen algo bien o se equivocan: chikerelem, si llegan tarde: chikerelem, si les das las gracias: chikerelem, si hoy no puede ser: chikerelem... Sin complicaciones ni arrepentimientos de ningún tipo. Recuerdo que en un viaje estaba previsto parar a ver una iglesia excavada en la roca a unos cuantos kilómetros de la ciudad en la que nos encontrábamos. Y así se lo hicimos ver al conductor que nos llevaba y que muy amablemente nos dijo que eshí (sí), que todo controlado. Sin embargo, tras unos cuantos kilómetros, nos pareció que se la había pasado de largo y le insistimos en ello. Él respondía a todo chikerelem, por lo que nos tranquilizaba. Así unas cuantas veces. Cuando ya llevábamos demasiados kilómetros andados le pedimos que por favor parara y que mirara el mapa. En ese momento nos dice que esa iglesia estaba en nuestro itinerario, pero no en el de él. Y aquello era imposible, porque nuestro itinerario y el de él obviamente tenían que ser los mismos. Llamó al jefe y tras hablar con él, nos suelta otro chikerelem y da media vuelta en el coche para desandar lo andado, que no era poco, todo tranquilo, como si aquí no hubiera pasado nada.
Cando cheguei a Etiopía rapidamente deime conta de que tiña que aprender algunhas palabras en amárico (amariña, en etíope) para sobrevivir, para ser vista máis como unha etíope (abesha, en amárico) que como unha turista perdida farenji (como así nos chaman) soa polas rúas.
Enseguida aprendín que ola é salam, e que os saúdos se compoñen de máis de tres preguntas: Denane? Indemne? Amanu? Que veñen ser o mesmo: como estás?, como vai todo? todo ben? E que cando llas fas a unha muller hai que engadirlle un sufijo: Salamnesh?, Denanesh?, Indemnesh? E que cando queres saudar a varias persoas hai que engadir -achu: Salamnachu? Debaixo da miña casa hai gardas e limpiacoches que cada mañá saúdan rutinariamente cando vou traballar e un salam era insuficiente, hai que contestar ás tres preguntas con outras tres preguntas.
Aprender os números era imprescindible para saber canto custan as cousas. Por ser branca, o prezo sobe a case o dobre; hai que regatear sempre. And, ulet, sos, arat, amish, sidist, sabat... Preguntar polo prezo das cousas dise: Sentenó? O billete máis grande que hai en Etiopía é o de 100 birr, uns 4 euros. 100 birr son mato; 200 birr: ulet mato; 300 birr: sos mato; 120: mato aya; 130: mato salasa; 140: mato arba; 150: mato hamsa; 350: sos mato amsa... Non foi difícil facerme cos números enseguida. E valéronme de moito, sobre todo, cando hai que coller un taxi privado.
A palabra amigo foi outra das que pronto formaron parte do meu vocabulario: guadeña. É das palabras máis bonitas e que máis escoito aquí.
Querer algo dice efelegalo e non querelo, alfaleguen. Pola rúa achégase moita xente para ofrecerche cousas, así que un alfaleguen a tempo impide que sigan dándoche a lata.
Grazas é amasaganalo, palabra tamén bonita. E por favor, baqué, ou baquish, para mozas. Un perdón ou desculpe é un yikarta.
Ter algo é ale e non telo, hielen. Nun restaurante para preguntar se hai injera, por exemplo, chégache con dicir: injera ale?
Aprendín a preguntar o nome da xente: Semen manu? (para mozos) e Semish manu? (para mozas). Para preguntar a idade úsase: Sentenó amet?
Profesora dice astamari, e alumnos: tamari.
Para saber cara a onde se dirixe un minibús chega cun Yet? e para que paren onde ti queres é suficiente un guaralla ou guarallale. Os minibuses déixanche en calquera parte sempre que digas guarallale.
Pedir a conta dise hisab, auga: wuha, cervexa: bira, cama: alga, frío: casscasa, soamente: bicha, cheo: mula, esperar: coi, todo recto: catatá, guapa: conllo, por que?: lemen?, porque: mequeñatu, si: au ou eshi, non: ai, entra: gueví...
O meu mundo en amárico é reducido, pero chégame para enfrontarme ao día a día, saudar, facer as compras, coller o transporte, pedir nun bar... A maioría das palabras débollas aos meus alumnos, que me ensinaron moito e estou segura de que o farán ata que me vaia.
E esquecía a palabra mellor: CHIKERELEM ou CHIKERELO. Non é xa só unha palabra, é unha filosofía, unha forma de entender o mundo que os etíopes utilizan con regularidade. O chikerelen significa "non te preocupes", "non pasa nada", "todo está ben"... Serve para todo e para calquera situación... Se non fan algo ben ou se equivocan: chikerelem, se chegan tarde: chikerelem, se lles dás as grazas: chikerelem, se hoxe non pode ser: chikerelem... Sen complicacións nin arrepentimentos de ningún tipo. Recordo que nunha viaxe estaba previsto parar a ver unha igrexa escavada na roca a uns cuantos quilómetros da cidade na que nos atopabamos. E así llo fixemos ver ao condutor que nos levaba e que moi amablemente díxonos que eshí (si), que todo controlado. Con todo, tras uns cuantos quilómetros, pareceunos que a pasara de longo e insistímoslle niso. El respondía a todo chikerelem, polo que nos tranquilizaba. Así unas cantas veces. Cando xa levabamos demasiados quilómetros andados pedímoslle que por favor parase e que mirase o mapa. Nese momento dinos que esa igrexa estaba no noso itinerario, pero non no del. E aquilo era imposible, porque o noso itinerario e o del obviamente tiñan que ser os mesmos. Chamou ao xefe e tras falar con el, sóltanos outro chikerelem e dá media volta no coche para desandar o andado, que non era pouco, todo tranquilo, coma se aquí non pasase nada.
Y se me olvidaba la palabra mejor: CHIKERELEM o CHIKERELO. No es ya una palabra, es una filosofía, una forma de entender el mundo que los etíopes utilizan con regularidad. El chikerelen significa "no te preocupes", "no pasa nada", "todo está bien"... Sirve para todo y para cualquier situación... Si no hacen algo bien o se equivocan: chikerelem, si llegan tarde: chikerelem, si les das las gracias: chikerelem, si hoy no puede ser: chikerelem... Sin complicaciones ni arrepentimientos de ningún tipo. Recuerdo que en un viaje estaba previsto parar a ver una iglesia excavada en la roca a unos cuantos kilómetros de la ciudad en la que nos encontrábamos. Y así se lo hicimos ver al conductor que nos llevaba y que muy amablemente nos dijo que eshí (sí), que todo controlado. Sin embargo, tras unos cuantos kilómetros, nos pareció que se la había pasado de largo y le insistimos en ello. Él respondía a todo chikerelem, por lo que nos tranquilizaba. Así unas cuantas veces. Cuando ya llevábamos demasiados kilómetros andados le pedimos que por favor parara y que mirara el mapa. En ese momento nos dice que esa iglesia estaba en nuestro itinerario, pero no en el de él. Y aquello era imposible, porque nuestro itinerario y el de él obviamente tenían que ser los mismos. Llamó al jefe y tras hablar con él, nos suelta otro chikerelem y da media vuelta en el coche para desandar lo andado, que no era poco, todo tranquilo, como si aquí no hubiera pasado nada.
Cando cheguei a Etiopía rapidamente deime conta de que tiña que aprender algunhas palabras en amárico (amariña, en etíope) para sobrevivir, para ser vista máis como unha etíope (abesha, en amárico) que como unha turista perdida farenji (como así nos chaman) soa polas rúas.
Enseguida aprendín que ola é salam, e que os saúdos se compoñen de máis de tres preguntas: Denane? Indemne? Amanu? Que veñen ser o mesmo: como estás?, como vai todo? todo ben? E que cando llas fas a unha muller hai que engadirlle un sufijo: Salamnesh?, Denanesh?, Indemnesh? E que cando queres saudar a varias persoas hai que engadir -achu: Salamnachu? Debaixo da miña casa hai gardas e limpiacoches que cada mañá saúdan rutinariamente cando vou traballar e un salam era insuficiente, hai que contestar ás tres preguntas con outras tres preguntas.
Aprender os números era imprescindible para saber canto custan as cousas. Por ser branca, o prezo sobe a case o dobre; hai que regatear sempre. And, ulet, sos, arat, amish, sidist, sabat... Preguntar polo prezo das cousas dise: Sentenó? O billete máis grande que hai en Etiopía é o de 100 birr, uns 4 euros. 100 birr son mato; 200 birr: ulet mato; 300 birr: sos mato; 120: mato aya; 130: mato salasa; 140: mato arba; 150: mato hamsa; 350: sos mato amsa... Non foi difícil facerme cos números enseguida. E valéronme de moito, sobre todo, cando hai que coller un taxi privado.
A palabra amigo foi outra das que pronto formaron parte do meu vocabulario: guadeña. É das palabras máis bonitas e que máis escoito aquí.
Querer algo dice efelegalo e non querelo, alfaleguen. Pola rúa achégase moita xente para ofrecerche cousas, así que un alfaleguen a tempo impide que sigan dándoche a lata.
Grazas é amasaganalo, palabra tamén bonita. E por favor, baqué, ou baquish, para mozas. Un perdón ou desculpe é un yikarta.
Ter algo é ale e non telo, hielen. Nun restaurante para preguntar se hai injera, por exemplo, chégache con dicir: injera ale?
Aprendín a preguntar o nome da xente: Semen manu? (para mozos) e Semish manu? (para mozas). Para preguntar a idade úsase: Sentenó amet?
Profesora dice astamari, e alumnos: tamari.
Para saber cara a onde se dirixe un minibús chega cun Yet? e para que paren onde ti queres é suficiente un guaralla ou guarallale. Os minibuses déixanche en calquera parte sempre que digas guarallale.
Pedir a conta dise hisab, auga: wuha, cervexa: bira, cama: alga, frío: casscasa, soamente: bicha, cheo: mula, esperar: coi, todo recto: catatá, guapa: conllo, por que?: lemen?, porque: mequeñatu, si: au ou eshi, non: ai, entra: gueví...
O meu mundo en amárico é reducido, pero chégame para enfrontarme ao día a día, saudar, facer as compras, coller o transporte, pedir nun bar... A maioría das palabras débollas aos meus alumnos, que me ensinaron moito e estou segura de que o farán ata que me vaia.
Gracias por el diccionario de supervivencia etíope. Está claro que solo con el inglés no llegas a todo el mundo. Un beso.
ResponderEliminarjajaja moi ben, Ux, todo controlado, mellor que o alemán hai uns anos! ; )
ResponderEliminarO chikerelem éche unha mistura entre "eche o que hai" e un "todo controlado", non? ejej
Bicos, boa finde!
Me gusta chikerelem.....tiene algo de nuestro "maloserá".
ResponderEliminarY me gustas como profesora: transmites no sólo la lengua, sino la vida que hay oculta en ella. Eso te hace grande, Uxia. Mil bicos.
M. Luisa