Me gusta

venres, 18 de marzo de 2016

Viaxe por Etiopía. Parte IV

Las tierras de Tigray están esculpidas por el viento y tienen reminiscencias del agua corriendo entre sus rocas, que formó surcos y retorció las montañas. La naturaleza parece apoderarse de los poblados, que se hacen insignificantes desde lo alto.

As terras de Tigray están esculpidas polo vento e teñen reminiscencias da auga correndo entre as súas rocas, que formou surcos e retorceu as montañas. A natureza parece apoderarse dos poboados, que se fan insignificantes desde o aquí arriba.


En este entorno, los monasterios tocan al cielo o se aproximan a él lo más que pueden. Es preciso ascender, escalar montañas y dejar a tu espalda lo terrenal, el suelo firme. No me da miedo subir, porque digo yo que Dios no querrá que me muera intentando llegar a una iglesia...
Hay que subir descalzos y agarrarse a las muescas de una roca vertical -y mejor no mirar hacia abajo-; varios etíopes están ahí para echarte una mano a cambio de una propina. Nos cuentan que los ancianos y las mujeres con niños a la espalda hacen este recorrido cada domingo para ir a misa.

Nesta contorna, os mosteiros tocan ao ceo ou se aproximan a el o máis que poden. É preciso ascender, escalar montañas e deixar ás túas costas o terreal, o chan firme. Non me dá medo subir, porque digo eu que Deus non quererá que morra tentando chegar a unha igrexa...
Hai que subir descalzos e agarrarse ás aberturas dunha roca vertical -e mellor non mirar cara abaixo-; varios etíopes están aí para botarche unha man a cambio dunha esmola. Cóntannos que os anciáns e as mulleres con nenos ás costas fan este percorrido cada domingo para ir a misa.



Tras escalar la roca, hay que pasar por un corredor, que es un precipicio; un riesgo que parece que hay que correr si se quiere disfrutar de la belleza de las pinturas de la iglesia Abuna Yemata, datada, según dicen, en el siglo V.

Tras escalar a roca, hai que pasar por un corredor, que é un precipicio,;un risco que parece que hai que correr se se quere gozar da beleza das pinturas da igrexa Abuna Yemata, datada, segundo din, no século V.
Abuna Yemata es una de las iglesias más bonitas que he visto en Etiopía. Escondida, y de muy difícil acceso, parece querer pasar desapercibida, sin embargo, causa todo lo contrario a quien la visita. Se entra a ella tras pasar una abertura como si  de una cueva se tratara.

Abuna Yemata é unha das igrexas máis bonitas que vin en Etiopía. Escondida, e de moi difícil acceso, parece querer pasar desapercibida; con todo, causa o contrario a quen a visita. Éntrase a ela tras pasar unha abertura coma se  dunha cova se tratase.



Sus paredes están repletas de pinturas de la vida de Abuna Yemata -el santo que la excavó, para vivir en ella hasta su muerte- y de santos con turbantes, de la Virgen María y el niño Jesús, de San Yared, aquel que dicen que escribió muchos de los cánticos espirituales etíopes....

As súas paredes están repletas de pinturas da vida de Abuna Yemata -o santo que a escavou, para vivir nela ata a súa morte- e de santos con turbantes, da Virxe María e o nenoXesús, de San Yared, aquel que din que escribiu moitos dos cánticos espirituais etíopes....


Los nueve santos que trajeron el cristianismo a Etiopía decoran la cúpula de esta pequeña iglesia de modestas dimensiones pero gran belleza, y te miran. Casi fijamente. Llevan siglos mirando.

Os nove santos que trouxeron o cristianismo a Etiopía decoran a cúpula desta pequena igrexa de modestas dimensións pero gran beleza, e mírante. Case fixamente. Levan séculos mirando.


 Al bajar, seguimos el viaje hacia otra roca que dejó de serlo para ser iglesia. En el pueblo, los niños siguen su vida.

Ao baixar, seguimos a viaxe cara a outra roca que deixou de selo para ser igrexa. No pobo, os nenos seguen a súa vida.


Y volvemos otra vez a lo alto.

E voltamos outra vez ao alto.



Las pinturas de esta iglesia son aún más primitivas, un Adam y Eva que parecen haber sido pintados por la mano inocente de un niño.

As pintura sdesta igrexa son aínda máis primitivas, un Adam e Eva que parecen ser pintados pola man inocente dun neno.




Y en medio de estos parajes, de pronto, una pareja de novios se nos cruza en el camino...

De súpeto, unha parella de noivos cruzase no camiño...






3 comentarios:

  1. Hola, soy tio Jaime, chica favorita.
    Me gusta lo que escribes, sobre todo cuando lo haces humanamente.La historia de los niños y el desayuno es muy interesante,ya que refleja el alma del país.
    Supongo que has leído el artículo que te dediqué, le gustó mucho al la gente.Esfuérzate en tus reflexiones sobre ese país. La historia del balón sinceramente me conmovió. Todo lo que escribes, recopilado, dará un gran libro.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Sin duda la fe mueve montañas no? Y es capaz de proezas impensables, sino quien se jugaria la vida para rezar? O para adorar a un Dios?

    ResponderEliminar
  3. halaaaaa que paisaxes!! Que pasada!! E que valor lle botastes para subir aí, eu non sei se me atrevería! Pero que chulada de paisaxe e de igrexa.
    O dos mozos na moto, menudo contraste jajaj
    Estou co teu tío :)

    ResponderEliminar