Me gusta

venres, 2 de outubro de 2015

Primeiro día

Llegamos al aeropuerto de Addis sobre las 6.40 am. El largo pasillo te lleva a una cola de gente que espera delante de unas ventanillas situadas bajo el cartel Visa on arrival. Mi turno. No me expiden la visa de trabajo. La chica que me atiende dice que no tiene mis datos, que necesito una carta de la Inmmigration Office y que me hace una de turista por tres meses. Me indigno. Llevo solicitando esa carta desde que me enteré de que estaba seleccionada para este puesto, por lo menos, dos meses antes. La burocracia etíope que no funciona y es lenta, me dicen. Pago 67 euros por ese visado en otra ventanilla y recojo mis maletas. Afortunadamente allí estaban. Cambio euros por birrs y salgo al exterior. Una mujer se acerca a mí y se presenta. Es Isabel Boavida, la profesora de portugués de la Universidad de Addis Abeba. Había quedado en que iba a recogerme, pero días antes de mi vuelo me había dicho que estaba "doente", así que yo no tenía la certeza. Me abraza con ternura. Agradezco su abrazo. Hace sol y calor. Se me seca la garganta. Un chico etíope de unos veintipocos viene con ella y me ayuda a subir las maletas al coche. Me lo presenta. Se llama Mike para los extranjeros. Arrancamos. Desde el aeropuerto seguimos todo recto por una larga avenida. Veo múltiples edificios construidos a lo alto y otros tantos en construcción. Muchos, muchísimos en construcción. Como voy hablando con Isabel apenas me fijo en lo que veo. Llegamos enseguida a mi piso. Está en la propia avenida Bole. Buena situación. Me acompañan y me ayudan con las maletas. El piso está en un primero. Es muy luminoso porque tiene dos grandes ventanales, uno en el salón y otro en la habitación. Mike se ofrece a ayudarme en lo que necesite durante mi estancia en Addis e Isabel le dice que me consiga una tarjeta para el móvil. Se van. Es muy temprano. Yo me acerco a la ventana. No paran de pasar coches y gente andando de un lado a otro. No hay blancos. Todos etíopes. El piso me lo pone la universidad y todos los muebles están inventariados con un número escrito a rotulador azul. Está sucio y necesito tenerlo limpio para poder estar cómoda. Tener un habitáculo digno y confortable es prioritario y salgo a comprar productos de limpieza y algo de comer. Debajo hay un aparcamiento y muchos chicos están lavando coches y me ofrecen tarjetas para recargar el móvil. En el corto paseo que tengo al supermercado me encuentro a muchos niños en la acera que se afanan limpiando los zapatos de los que requieren sus servicios. El supermercado está repleto de productos. Hay dependientas en cada uno de los cinco pasillos. Vuelvo a casa, limpio y al cabo de un rato caigo rendida. Cuando me despierto ya no tengo luz. Todo a oscuras. A las cinco de la tarde aquí es de noche. Alcanzo a abrir la puerta con la luz de mi móvil y veo que hay luz en los demás pisos. Pienso que me han cortado la luz, pero no sé qué puedo hacer. Al rato, Isabel viene a buscarme para ir a cenar algo por ahí. Me visto a oscuras y voy. El restaurante es moderno y de comida internacional. Cenamos y quedo con ella a las 8.00 am del día siguiente.
Chegamos ao aeroporto de Addis sobre as 6.40 am. O longo corredor leva a unha cola de xente que espera diante duns portelos situados baixo o cartel Visa on arrival. A miña quenda. Non me expiden visado de traballo. A moza que me atende di que non ten os meus datos, que necesito unha carta da Inmmigration Office e que me fai unha de turista por tres meses. Indígnome. Levo solicitando esa carta desde que me decatei de que estaba seleccionada para este posto, polo menos, dous meses antes. A burocracia etíope que non funciona e é lenta, dinme. Pago 67 euros por ese visado noutro portelo e recollo as miñas maletas. Afortunadamente alí estaban. Cambio euros por birrs e saio ao exterior. Unha muller achégase a min e preséntase. É Isabel Boavida, a profesora de portugués da Universidade de Adis Abeba. Quedara en que ía recollerme, pero días antes do meu voo dixérame que estaba "doente", así que eu non tiña a certeza. Abrázame con tenrura. Agradezo o seu abrazo. Fai sol e calor. Sécaseme a garganta. Un mozo etíope duns vinte e poucos vén con ela e axúdame a subir as maletas ao coche. Preséntamo. Chámase Mike para os estranxeiros. Arrincamos. Desde o aeroporto seguimos todo recto por unha longa avenida. Vexo múltiples edificios construídos ao alto e outros tantos en construción. Moitos, moitísimos en construción. Como vou falando con Isabel apenas me fixo no que vexo. Chegamos enseguida ao meu piso. Está na propia avenida Bole. Boa situación. Acompáñanme e axúdanme coas maletas. O piso está nun primeiro. É moi luminoso porque ten dúas grandes ventás, unha no salón e outra na habitación. Mike ofrécese a axudarme no que necesite durante a miña estancia en Addis e Isabel dille que me consiga unha tarxeta para o móbil. Vanse. É moi cedo. Eu achégome á xanela. Non paran de pasar coches e xente andando dun lado a outro. Non hai brancos. Todos etíopes. O piso ponmo a universidade e todos os mobles están inventariados cun número escrito a rotulador azul. Está sucio e necesito telo limpo para poder estar cómoda. Ter un habitáculo digno e confortable é prioritario e saio a comprar produtos de limpeza e algo para comer. Debaixo hai un aparcadoiro e moitos mozos están a lavar coches e ofrécenme cartóns para recargar o móbil. No curto paseo que teño ao supermercado atópome a moitos nenos na beirarrúa que se afanan limpando os zapatos dos que requiren os seus servizos. O supermercado está repleto de produtos. Hai dependentas en cada un dos cinco corredores. Volvo a casa, limpo e ao cabo dun intre caio rendida. Cando esperto xa non teño luz. Todo ás escuras. Ás cinco da tarde aquí é de noite. Alcanzo a abrir a porta coa luz do meu móbil e vexo que hai luz nos demais pisos. Penso que me cortaron a luz, pero non sei que podo facer. Ao intre, Isabel vén buscarme para ir cear algo por aí. Vístome ás escuras e vou. O restaurante é moderno e de comida internacional. Ceamos e quedo con ela ás 8.00 am do día seguinte.

4 comentarios:

  1. Bueno, estás sana y salva y eso es importante. Seguro que lo del visado se arregla así como lo de la luz (espero que la nevera aguante). Moitos bicos.

    ResponderEliminar
  2. Hola uxia, lo cierto es que no estoy muy segura de como funciona esto del blog ( soy novata como tu) pero voy a poner todo mi empeño en hacerlo bien.
    Ya se que tu primer dia, ni de lejos, ha sido bueno ....pero no decaigas, los comienzos en todo suelen ser muy muy duros, pero ten confianza en ti misma y no dudes de que tu eres capaz de sobrellevar cualquer imprevisto.....dentro de unos meses o quiza menos estaras riendote a carcajadas de tus primeras horas en ese magnifico pais, y de todas las situaciones surrealistas que te han tocado vivir 😉

    ResponderEliminar
  3. Por cierto me encanta como escribes, no dejes de hacerlo.....siento que esto va a ser como una novela entregada en fascículos y ya estoy deseando recibir el siguiente.
    Moitos bicos

    ResponderEliminar
  4. Mª Luisa Capeáns4 de outubro de 2015, 09:50

    Quién dijo miedo?
    Todos los comienzos son difíciles.... Pero ya te lo he dicho más de una vez: te sobran preparación y ganas. Puedes con todo.
    Y la literatura epistolar te favorece...quién te dice que todas estas "entradas" no acaban conviertiéndose en tu primera publicación como escritora de best-sellers.
    Mil bicos. Te queremos y extrañamos.
    Mª Luisa y los Rivas
    Y to

    ResponderEliminar